Nutrición celular
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Ante
la defectuosa actividad enzimática de detoxificación hepática
observada en los casos de fibromialgia, la nutrición
ortomolecular propone la utilización de nutrientes
correctores
para que el hígado pueda realizar la necesaria
detoxificación celular, entre ellos los aminoazufrados
como taurina, metionina, cisteína y glutatión, y sus
cofactores B6 y B9, además de moléculas vegetales
ricas en compuestos azufrados como ajo y rábano negro,
y oligoelementos catalizadores de las funciones de
desintoxicación.
Se aconseja efectuar una adecuada higiene intestinal
así como el uso de prebióticos y de antioxidantes que
protegen el tejido conjuntivo de la agresión de
radicales libres a la vez que regulan ciertos procesos
inflamatorios.
Además: "Se produce un efecto analgésico natural
cuando en el cerebro mejoran los niveles de serotonina
y los receptores de noreprinefina. El 5-hidroxitriptófano
mejora los niveles de
serotonina en el cerebro, otros nutrientes como
fenilalanina o tirosina pueden aumentar los niveles de
noreprinefina, y la S-adenosylmetionina (SAM) puede
ser efectiva para reducir el dolor crónico" .
En el control de enfermedades agresivas es necesario
mantener una óptima producción de moléculas colágenas
para lo que, opina, es imprescindible cantidades
suficientes de vitamina C, que controla y regula su
producción, así como la presencia de lisina y prolina:
"La lisina debe ser suministrada en la dieta ya que
nuestro organismo no la produce y la prolina puede ser
producida pero sólo en cantidades muy limitadas,
además de que puede agotarse en enfermedades agresivas
sobre el colágeno, por lo que también es recomendable
un aporte dietético".
Generalmente quienes están afectados de fibromialgia
son personas deprimidas, por lo que si es el caso
también hay que tratar las alteraciones bioquímicas
relacionadas con tal depresión. |
Corrección alimentaria, depuración y reestructuración
En primer lugar y respecto a la dieta, la persona
diagnosticada de fibromialgia ha de evitar grasas
animales (ricas en ácido araquidónico, precursor de
prostaglandinas proinflamatorias) y vegetales
procesadas o hidrogenadas (preoxidadas y trans, muy
nocivas) y café, té, alcohol, azúcar y derivados y
tabaco (que estimulan las suprarrenales y pueden
provocar agotamiento y pérdida de vitaminas y
minerales).
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Debe evaluarse una posible intolerancia a ciertos
cereales, especialmente trigo y maíz pero también
avena y centeno ("En las enfermedades degenerativas,
reumáticas, autoinmunes crónicas e intestinales
fuertes, deben eliminarse de la dieta todos los
cereales, excepto arroz integral, trigo sarraceno,
quinoa y mijo") y a los lácteos, ricos en ácido
araquidónico y proteínas difíciles de asimilar.
Hay que controlar el consumo de carne, reducirlo y
limitarlo únicamente a la de mayor calidad posible,
preferiblemente buey y caballo, poco hecha y nunca en
la cena. Legumbres con moderación. Debe consumir
aceites vegetales de primera presión en frío y
abundantes frutas frescas maduras, vegetales y
hortalizas crudas y cocidas, e incluir como norma el
consumo de proteínas vegetales, sobre todo las
derivadas de la soja.
En segundo lugar Hernández Ramos enfatiza evitar la
sobrecarga ponderal o sobrepeso. |
El tercer paso es la detoxificación celular
propiamente dicha, entre uno o dos meses, mediante
detoxificantes hepáticos (por ejemplo, taurina,
metionina, cisteína, glutatión, rábano negro, selenio,
zinc, B6, B9), antioxidantes (vitaminas A, C y E,
selenio, manganeso, zinc, resveratrol, viniferina,
luteína, antocianos, B6 y B1, ...), higiene intestinal
(enzimas, fibra, inulina, glutamina, citroflavonoides),
estimulación emuntorial o depurativa (alcachofa,
borraja, grosella, ulmaria, desmodium, ...) y vitamina
C en dosis óptima. Hernández Ramos menciona la diarrea
a la hora de precisar el límite de tolerancia de cada
persona a la vitamina C.
En cuarto lugar, la reestructuración biológica, entre
dos y seis meses, con antioxidantes (similares a los
anteriores), cofactores enzimáticos (sobre todo grupo
B y zinc), vitamina C en igual dosis, ácidos grasos
omega-3 y omega-6, cóctel de oligoelementos, magnesio,
calcio y potasio junto con sus cofactores.
Según cada caso concreto y en función de los
antecedentes, órganos en disfunción, cronicidad, etc.,
puede ser necesario mantener la acción de
detoxificación hepática o de higiene intestinal.
También, de manera opcional, puede ser conveniente el
aporte de aminoácidos (5-hidroxitriptófano, lisina,
prolina, tirosina, fenilalanina, ...) o, como última
fase, la diatermia conductiva capacitiva, ondas
basadas en la electromedicina o aparatología médica no
agresiva frente al dolor y la inflamación.
Para terminar, y de una manera general, siempre han de
tenerse en cuenta y ser valorados los factores
emocionales subyacentes, que pueden complicar la
recuperación e incluso representar un factor
importante del origen del problema de la fibromialgia.
También debe prestarse atención a la resolución de los
problemas del sueño, que aunque lógicamente deben
mejorar con el planteamiento descrito, pueden quizás
requerir otras acciones específicas, de mano de la
fitoterapia, por ejemplo con pasiflora, etc., o de la
relajación sicosomática, sofrología, etc.
Así como la práctica de ejercicio físico saludable y
en consonancia con la edad y circunstancias propias de
cada caso. O el recurso a la osteopatía estructural o
sacrocraneal, o la electroestimulación de baja
frecuencia.
NUTRICIÓN ORTOMOLECULAR
"... El término ortomolecular lo utilizó por primera vez en 1969 el
matemático, físico y bioquímico norteamericano Linus
Pauling, al citar en la revista Science los trabajos
realizados por el Dr. Hoffer, quien había tratado a
pacientes psiquiátricos con suplementaciones
proteicas, vitamina C y B3 en cantidades superiores a
lo convencional.
Linus Pauling definió la nutrición ortomolecular como
la técnica que conserva o recupera la salud óptima
variando las concentraciones de sustancias que de
manera natural están presentes en nuestro organismo y
que son imprescindibles para la buena salud, ..."
"Se trata de una verdadera corrección bioquímica
utilizando nutrientes esenciales naturales, presentes
en nuestro organismo, tales como aminoácidos,
minerales, oligoelementos,
enzimas y ácidos grasos. Estos no pueden ser
considerados medicamentos, ni por concepto, ni por
acción, ni por composición, ya que basándose en el
conocimiento de la biología molecular, consiste en
aportar estos nutrientes para restaurar la integridad
bioquímica de la persona, favoreciendo la activación
de las reacciones enzimáticas y aumentando la
resistencia orgánica, con el objetivo de preparar un
frente ante la oxidación
celular y de los tejidos, ... La nutrición
ortomolecular ratifica, con el respaldo de la biología
nutricional y molecular, el antiguo dicho: somos lo
que comemos, ...". Info-Inca nº 1, octubre
de 2001, San Sebastián, Guipúzcoa."
(artículo
publicado en Conocer Arganzuela nº 131, noviembre de
2003 |