Cuando se padece reflujo, la
comida y los jugos gástricos
ascienden desde el interior del
estómago hacia el esófago,
provocando una serie de
molestias muy agudas (ardor o
quemazón, tos irritativa, sabor
amargo, problemas de
respiración…). En estos casos,
los médicos recomiendan levantar
la cabecera de la cama y en
especial dormir sobre el lado
izquierdo, ya que se ha
comprobado que de esa forma
disminuyen los episodios de
reflujo en personas
predispuestas porque el esfínter
esofágico inferior (la compuerta
entre el estómago y el esófago)
no se relaja tanto y frena el
paso de la comida hacia la
garganta.
Dormir boca arriba no es
conveniente y, si se hace, hay
que colocar bajo las rodillas
una almohada o una toalla grande
enrollada para que la columna no
esté en una posición forzada. De
lo contrario, se irían
produciendo microtraumatismos
que provocarían un dolor
crónico. La mejor postura para
dormir es la posición fetal, con
una almohada entre las piernas
(o bajo la pierna que queda
arriba y flexionada). Y procura
elegir una almohada que rellene
(sin forzar el cuello) el hueco
de las cervicales.
Cuando el desgaste es
importante, permanecer tumbado
puede aumentar las molestias, ya
que todavía se nota más el
rozamiento o fricción de las
estructuras internas, sobre todo
si una pierna descansa sobre la
otra. Por eso, se recomienda
colocar una almohada o cojín
entre las rodillas que amortigüe
el roce y, si el dolor no lo
impide, dejar una pierna
encogida y la otra estirada.
Algunas personas se encuentran
todavía más cómodas si colocan
otro cojín, más pequeño, entre
los tobillos.
En
este caso, lo más recomendable
es descansar con las piernas
ligeramente elevadas (unos 8 o
10 centímetros), de modo que
queden algo más altas que la
cabeza. Con eso se consigue
mejorar el retorno venoso hacia
el corazón y disminuir las
molestias de la mala
circulación. Puede usarse un
cojín grande o acoplar a las
patas de la cama unos tacos de
madera que comercializan las
empresas de productos
ortopédicos y de rehabilitación.
Si antes de dormir se masajean
las piernas, desde el tobillo
hasta el muslo, con una crema de
efecto frío el alivio es todavía
mayor.
Al parecer, dormir siempre sobre
el mismo lado y no cambiar de
postura durante la noche
favorece, en muchas personas,
que se formen piedras en ese
riñón. La razón podría estar en
que no se favorece el flujo
sanguíneo renal, con lo que va
quedando un poso que acaba
convirtiéndose en “arenilla” o
cálculos. Para evitarlo,
conviene beber un par de vasos
de agua a última hora del día y
acudir al baño antes de
acostarse para “lavar” los
riñones y cambiar al menos un
par de veces de postura durante
la noche.
… Y en especial si tienes
próxima la fecha de parto te
conviene dormir sobre el lado
izquierdo. De esa forma, no se
interrumpe el flujo sanguíneo
que llega al bebé, algo que sí
puede ocurrir cuando la madre
duerme, durante mucho rato, boca
arriba o sobre su lado derecho.
En esas posturas, el feto
comprime la vena cava inferior,
encargada de transportar la
sangre de las piernas al corazón
de la futura mamá y también al
suyo propio.
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